Después
entro y me permito un juicio suficientemente árido y autodestructivo y me digo: ¿A
quién se supone que le van a interesar estas cosas? Pero bueno, creo
que el logro está en eso, en que al menos me cabe la certeza de que a nadie. A
nadie. Y pues ni modo. Creo que para mí, que soy más bien tímido y elusivo, me
pasa que difícilmente añado un blog o le hago ver a nadie que yo ando por ahí.
Más difícil será que yo comente nada en ningún lado. Rodolfito es de los que no
tienen ni Facebook y de los que de algún modo acaba de sorprenderse de que hace
unos segundos el Word le haya corregido facebook con minúscula (ahora subrayada
en rojo) a Facebook, con la mayúscula histórica y cabal que el universo le merece,
carajo. Ya está en el diccionario de Word, pero si me empecino en escribir una
cosa como Tezcatlipoca no me la ha de poner bien.
Creo que hay una cosa que seguirá siendo valiosa en
cualquier tipo de civilización humana, humanoide, extraterrestre o lo que sea,
mientras su gente tenga cierta cultura discernible y esta no sea demasiado
perfecta. Y eso es el hecho de que las cosas se vuelvan personales. Creo que es
lo que claramente podría decirse de una persona como Michel Gondry, que en
algún punto afirmaba eso mismo: si las cosas no se hacen personales no sirven.
Y no es, como dijera otro bloggero singular,
que se trate de evidenciar dos cosas frecuentemente reprobables en esto de la
interacción digital [mi exhibicionismo y su voyeurismo], sino de
acordarnos que, pese a todo, queda algo de natural en esta selva de información
vibrante y desmesurada, y que somos usted y yo hablándonos desde tiempos y
espacios distintos, probablemente incompatibles.
De Gondry seguro que hablaré después, porque me cae
muy bien como cineasta y persona. Lo que ubico de él, al menos. Por ahora baste
decir que en su sencillez y en el cariño que muestra por su trabajo ha
enunciado algo que a los demás parece costarles mucho, y es llanamente aquello
de que toda obra es siempre autobiográfica. Y esto no implica que todo blog sea
un diario íntimo o la correspondencia completa de dos marineros homosexuales en
altamar. Tampoco quiere decir que Gondry filme exclusivamente historias que le
ocurrieron. Para mí supone, simplemente, reconocer que los blogs en que yo me
he sentido a tono de quedarme leyendo, es donde distingo que del otro lado hubo
una persona y no una fuente de información rigurosa e impecable. Y supone
también que Gondry filma cosas que sólo pudo filmar él desde su técnica y desde
su experiencia. Y ya.
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