Me doy cuenta que estoy alejado de las
evoluciones estéticas, ya que no puedo hacer absolutamente nada que no sienta
profundamente. He tenido la suerte de rodar solamente los proyectos que me
interesaban y de hacerlos libremente. Creo que uno está perdido cuando emprende
proyectos que no se le parecen, o en todo caso yo lo estaría. Tengo fama de contar
películas muy diferentes entre mis gustos, y puedo efectivamente comprender, un
poco como Rivette, toda clase de películas y amarlas, películas sin ninguna relación con las que yo deseo hacer; lo que no me gusta son los films de
apariencia, detesto profundamente el esnobismo y su hermano gemelo la
exageración, y esto vale para 'Modesty Blaise', 'Trans-Europ-Express' pasando
por 'Polly Maggoo', 'Anna', 'Help!', 'Pusy Cat', 'Privilège', 'Dragées au
Poivre', 'A coeur Joie', los westerns de Mekas, todo lo que da la impresión de
estar repleto de ideas cuando no tiene ni una, todo lo que parodia e intenta
hacer el astuto, epatar a las gentes con el montaje corto, el zoom y la
aceleración. Es éste un cine miserable, porque el director por su intención de
mezclar los papeles espera escapar del juicio crítico. Esa actitud se parece a
la de los neoyorquinos que compran rollos de papel higiénico en los que se han
impreso falsos dólares creyendo demostrar su desprecio por el dinero. En
realidad nadie se limpia con verdaderos dólares, por eso es inútil aparentarlo.
Compremos papel blanco y contemos nuestras historias normalmente, asumiendo el
riesgo de verlas analizadas, desmenuzadas, criticadas. Espero quedar libre de
toda esa pseudo-fantasía (…)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario